lunes, 20 de diciembre de 2010

EL ORDEN CRIMINAL DEL MUNDO


El (OCM) es un documental producido por el programa “Portada” de TVE, en el cual se desmenuzan a profundidad las contradicciones inherentes a nuestro sistema  socioeconómico- productivo: el capitalismo, a través de una introspección crítica e histórica del fenómeno. De la mano de intelectuales de la talla de Eduardo Galeano, Jean Ziegler,  Ernesto Sábato, así como  del abogado Baltazar Garzón, del  dirigente campesino colombiano Héctor Mondragón,   de los misioneros españoles en África  José collado y Ángel  Ularán, de la ex ministra de cultura de Malí  y del  jurista norteamericano William Goodman vamos descubriendo el peligro en el que nos encontramos inmersos en nuestras sociedad, así como el problema mayúsculo al que se enfrentarán las futuras sociedades de no virar en el camino y/o buscar perspectivas disimiles a la lógica mercantilista-egoísta-consumista-depredadora de híper-maximización del beneficio .
El capitalismo se caracteriza por subordinar el ecosistema a su lógica obscena de ganancia, otorgando un valor económico a los elementos y derechos que debiera de ser irrestrictos para el ser humano; la tierra el aire, el agua, los bosques, los ríos, la fauna la flora y ello configura una realidad que pierde de vista al valor insustituible de la naturaleza para la supervivencia de la especie humana, y de todas las especies, confinado el planeta a una catástrofe inexorable.
El OCM lo componen, en primer lugar, las corporaciones y grupos multinacionales de capital bajo la ideología del neoliberalismo; individuos súper-poderosos que manejan los hilos  de los gobiernos, como de los Estados  e  instituciones internacionales  de representación popular, es así que  van ordenando y dirigiendo el rumbo a seguir. En esta película de ciencia ficción que se  ha denominado humanidad los gobiernos son a lo máximo, ejecutores secundarios o gerentes de las ordenes corporativas-bancarias, “ pero quién es este asesino en serie, que  mata todo lo que toca habría que meterlo preso -se me ocurre- pero, ocurre que no se puede meter preso a este asesino serial porque él  es el dueño de todas las llaves de las cárceles, y porque es un sistema universal de poder  y ha convertido el mundo en un manicomio y en un matadero” verbaliza Eduardo Galeano al referirse al sistema capitalista.
El hambre, la violencia, la pobreza, el desempleo, la injusticia, la depredación , la concentración obscena de la riqueza, la decadencia y el  desgajamiento de los lazos sociales, son  la  cara oculta de la luna, lo que no se ve o se oculta con animosidad y cinismo a los ojos de la mayoría, sin embargo es a su vez tan visible y estructural en nuestro mundo, un mundo que desborda en riqueza (natural, alimentaria, social, en diversidad de fauna y flora) que provoca aturdimiento y miedo extremo. Las consecuencias funestas y fatales del sistema capitalista no son un error de cálculo o un descuido de los amos del mundo, por el contrario, son objetivo planeado y, aunque suene inmoral decirlo,  es un método en  extremo eficaz y funcional para sus finalidades, a saber; la enajenación y zozobra del mundo entero permitiendo mantener el estatus quo de la realidad imperante. El miedo, la cobardía, la conformidad, la competencia descarnada de los habitantes, la desigualdad que motiva odios, rencores, envidias, y rabias mal intencionadas, el desempleo que  despliega la conformidad y subordinación en los que están empleados, al agradecer los precarios y escasos trabajos, en contraposición con los desempleados, etc. son efectos deseados de la otra cara; el desarrollo, el crecimiento, la comodidad, el beneficio personal,  es decir, la consecuencias negativas del sistema son su razón ser, lo que lo mantiene funcionando y con perfecta salud, un capitalismo que motiva avidez, competencia, miedo, violencia es un capitalismo perfectamente establecido. “el humanismo o cualquier escrúpulo moral simplemente no son posibles en un mundo en el que reinan necesariamente, estructuralmente, la avidez el deseo de poder y el cinismo más violentos” expone jean Zieglar en su interpretación de los “valores” que reinan en el mundo.
El documental se compone de secciones divisorias que en la realidad las encontramos superpuestas y con dificultad  adviertimos sus radios definidos sino que  configuran de manera integral  el fenómeno de la globalización mercantilista o imperialismo como fase radicalizada del capitalismo. Las secciones que se analizan son: la tragedia de la emigración, la pérdida de valores, un capitalismo asesino, el miedo cotidiano, destrucción del derecho, y como último un apartado  llamado qué hacer que establece y aventura el ejercicio de la praxis como complemento indisociable del análisis teórico y experiencial hacia una dialéctica revolucionaria.
El documental sustenta una postura transformadora de la realidad, y alienta a la reconquista de la mentalidad simbólica, tarea ineludible y complementaria en la reconfiguración de alternativas de vida a la opción actual. El  afán de dominio simbólico del sistema tiene un papel preponderante en el mantenimiento del trampantojo social,  para lo cual hacen uso de todas las herramientas y capital que poseen en sus manos; los medios de comunicación, el manejo maniqueo de la historia, la corrupción educativa, la invención de subjetividades sosas y obedientes por medio de la propaganda utilitarista, en contraposición a esta lucha descarnada los individuos que buscan la libertad conjugada socialmente, deberán de  reapropiarse de las subjetividades con clave solidaria, coperacionista, creativa  que han sido extirpadas y domesticadas a sus poseedores legítimos: el pueblo.
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