por Stve Best
He estado leyendo un montón de críticas en contra de los veganos como yo, que tienen gatos (5 gatos de rescate en mi caso) que no son veganos, y también son depredadores que, si se les permite salir, matan a las aves, lagartijas, ratones y otros animales.
En primer lugar, a diferencia de los perros, es muy difícil hacer veganos a los gatos (aunque algunos con éxito lo hacen), y la ciencia no asegura si los gatos pueden ser veganos y prosperar (y algunos dicen que pueden). Aunque no sean veganos, los dueños de gatos pueden y deben por lo menos reducir el consumo de carne de sus gatos, mezclando su comida con croquetas vegetarianas o alimentos secos para minimizar el problema de la mejor manera posible.
Pero ése no es realmente mi punto, es más bien el argumento que escribí recientemente en Facebook y en esta entrada de blog (http://drstevebest.wordpress.com/2011/08/28/the-commodification-of-veganism-and-myth de purismo /) que “el purismo vegano” y la “no violencia” son los mitos sociales y las leyendas urbanas que requieren una cierta honestidad entre los veganos y el reconocimiento de la forma sistemática de que nuestro mundo es no vegano y violento, de manera que las inconsistencias e hipocresías son inevitables. Reconozco ser un rescatista de gatos no veganos. La mayoría de la gente reconoce este punto general, aunque el otro día por primera vez, un vegano que me argumentó que su estilo de vida era perfecta, incuestionablemente consistente y libre de contradicciones.