Cuando el hombre haya matado el último animal,
cuando haya talado el último árbol,
cuando haya contaminado el último mar, el último río, el último afluente,
cuando haya intoxicado la última partícula de aire respirable,
entonces, sólo entonces se dará cuenta de que el dinero no se come,
ni te quita la sed ni se respira.
(un indio cree)
Cuando el hombre haya matado el último animal,
cuando haya talado el último árbol,
cuando haya contaminado el último mar, el último río, el último afluente,
cuando haya intoxicado la última partícula de aire respirable,
entonces, sólo entonces se dará cuenta de que el dinero no se come,
ni te quita la sed ni se respira.
(un indio cree)
ni te quita la sed ni se respira.
(un indio cree)
Para explicar la sinrazon del sistema que vivimos echaremos mano de una metafora, que intenta develar la locura de esta forma de vida que nos invita a pensar que seremos más felices mientras más tiempo trabajemos y por consiguiente mas dinero ganemos y asi más objetos acertemos a consumir, espiral de poder y enajenacion de la cual dificilmente podemos escapar. Imaginemos las siguiente escena:
Se halla ambientada en un pueblo de la costa mexicana. Un paisano está, medio adormecido, junto al mar. Un turista norteamericano se le acerca y entablan conversación. El turista le pregunta:
-"Y usted, ¿a qué se dedica? ¿En qué trabaja?".
El mexicano responde: -"Soy pescador".
-"¡Vaya, pues debe ser un trabajo muy duro! Trabajará usted muchas horas".
-"Sí, muchas horas", replica el mexicano.
-"¿Cuántas horas trabaja usted al día?".
-"Bueno, trabajo tres o cuatro horitas".
-"Pues no me parece que sean muchas. ¿Y qué hace usted el resto del tiempo?".
-"Vaya. Me levanto tarde. Trabajo tres o cuatro horitas, juego un rato con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer y luego, al atardecer, salgo con los amigos a tomar unas cervezas y a tocar la guitarra".
El turista norteamericano reacciona inmediatamente de forma airada y responde:
-"Pero hombre, ¿cómo es usted así?".
-"¿Qué quiere decir?".
-"¿Por qué no trabaja usted más horas?".
-"¿Y para qué?", responde el mexicano.
-"Porque así al cabo de un par de años podría comprar un barco más grande".
-"¿Y para qué?".
-"Porque un tiempo después podría montar una factoría en este pueblo".
-"¿Y para qué?".
-"Porque luego podría abrir una oficina en el distrito federal".
-"¿Y para qué?".
-"Porque más adelante montaría delegaciones en Estados Unidos y en Europa".
-"¿Y para qué?".
-"Porque las acciones de su empresa cotizarían en bolsa y usted se haría inmensamente rico".
-"¿Y para qué?".
-"Pues para que al cumplir 70 años poder jubilarse tranquilamente, venir aquí, levantarse tarde, jugar un rato con sus nietos, dormir la siesta con su mujer y salir al atardecer a tomarse unas cervezas y a tocar la guitarra con los amigos".