Debido a su economía de crecimiento, la sociedad mexicana,
como muchas otras, está en el fondo de un hoyo profundo: desde hace años
decrece persistentemente su economía; mientras más se esfuerza por hacer crecer
su economía más logra brutales decrecimientos.
Quiere resolver las crisis creadas por el crecimiento con más
crecimiento; quiere resolver los problemas creados por la tecnología con más
tecnología; quiere resolver los daños creados por las políticas de desarrollo
con nuevas políticas de desarrollo. Como resultado de estos esfuerzos, el
crecimiento que consigue sólo beneficia a las empresas transnacionales,
concentra la riqueza en pocas manos y empobrece cada día a más ciudadanos. El
nuevo gobierno mexicano, los partidos políticos y las universidades quieren
obtener resultados diferentes con la misma mentalidad que ha creado los
problemas que nos han llevado al desastre; caminan en círculos sin saber
realmente adónde ir; insisten en las soluciones tautológicas. En estas
circunstancias, el único horizonte que se puede vislumbrar para nuestro país en
los próximos lustros es el decrecimiento económico sostenido; un decrecimiento
más doloroso cuando se hacen esfuerzos extremos para crecer. Ante esta
perspectiva podemos esperar sorpresas muy desagradables en los próximos años.
El productivismo conduce al mundo hacia una catástrofe
climática, energética, alimentaria, ambiental, económica, financiera, de
derechos humanos, de democracia. En los últimos 30 años, las contaminaciones
lanzadas al ambiente y la devastación de los dones de la Naturaleza han sido
excesivas; ha sido demasiada la destrucción del tejido social. La competencia por exprimir lo que queda de
riquezas naturales o culturales alienta ahora el aumento de la violencia. Por
otra parte, no podemos esperar que este proceso suicida sea frenado o revertido
por los gobiernos, los partidos y en general de las instituciones; de hecho,
estamos obligados a enfrentar estos desastres con la oposición y el sabotaje de
las instituciones, ya que estamos frente a la mayor crisis institucional de la
historia. Es indispensable rescatar al país con otra visión del mundo, con
otros valores, actitudes y formas de hacer política; acciones desde abajo,
desde la base social, lo que entraña una intensificación del dialogo entre los
miembros de cada comunidad del país y entre las comunidades y organizaciones
sociales del país. Un diálogo que tiene como eje la búsqueda de una vía
alternativa para la subsistencia los más débiles, para los derrotados por la
economía de crecimiento que son la gran mayoría de los mexicanos.
Desde hace cinco años hemos propuesto un proyecto de
sociedad frugal y ecológica que hemos denominado descrecimiento, en oposición
al crecimiento económico permanente que preconizan las instituciones; en rechazo
a un crecimiento fundado en el sueño dominante: el enriquecimiento de todos; en
contra de un crecimiento que sólo sirve para empobrecer a la gran mayoría. El
descrecimiento nos propone salir de la economía, abandonar esta religión
moderna que se ha metido en el imaginario social, para recuperar el buen vivir;
para evitar la muy previsible catástrofe mundial que ha sido advertida por
muchos estudiosos en el último siglo; para alejar el fantasma de un Apocalipsis
que nos envía señales cada vez más fuertes y cuya cercanía cada año es
reconfirmada por medio de nuevos estudios. El descrecimiento preconiza la
descolonización del imaginario, como paso previo a la creación de una vía
alternativa al crecimiento económico; nos ofrece una visión de la historia que
nos permiten realizar esta muy difícil tarea, indispensable para iniciar la
transición hacia una sociedad post desarrollo. Nos proporciona, además, una
matriz para desarrollar alternativas adecuadas frente a los asuntos básicos de
la subsistencia humana, como la energía, el agua, los alimentos, la paz, la
resistencia y la resilencia comunitaria. El descrecimiento tiene implicaciones
teóricas que virtualmente no se estudian en las universidades y que merecen ser
difundidas, para fortalecer el cambio de rumbo en México.
En la 3rd. International Conference on Degrowth for
Ecological Sustainability and Social Equity de Venecia de 2012, recibimos el
ofrecimiento de apoyo a las actividades nacionales del movimiento mexicano de
descrecimiento, de parte de grupos de
países europeos y de Canadá y Brasil. El grupo de Madrid nos ofreció su
asesoría para realizar encuentros nacionales. En 2014, tendrá lugar la Cuarta
Conferencia Internacional de Degrowth, en una sede por definir.
ECOMUNIDADES los
invita a fortalecer al movimiento mexicano por el descrecimiento, por medio de
mensajes, artículos, textos, blogs, libros, charlas, seminarios, conferencias,
talleres, y sobre todo, por medio de la organización de reuniones regionales,
encuentros nacionales y conferencias internacionales. Convocamos a los
interesados en la consigna descrecimiento a ponerse en contacto con
ECOMUNIDADES, para integrar un comité organizador de un Primer Encuentro
Nacional de Descrecimiento, actividad que debería servir a la preparación de
una Conferencia Internacional de Degrowth en México.
--
Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción!
para más información Ecomunidades
http://decrecimientomexico.blogspot.mx/
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