(“La doctrina del shock” / Documental / Inglaterra, 2009 / 78 min)
“El miedo y el desorden como catalizadores de un nuevo salto hacia adelante”
MIKE BATLES empresario y ex agente de la CIA
Os exprimiremos hasta la saciedad y luego os llenaremos
con nuestra propia esencia
GEORGE ORWEL 1984
Este documental hace visible la relación existente entre la violencia y el sistema económico capitalista de libre mercado o “capitalismo corporativista”, relación que se nos revela inseparable y estructuralmente enraizada en los mecanismos de funcionamiento del mismo. Dicho trabajo nos muestra el papel preponderante e ineludible de la violencia en el ejercicio de la economía política capitalistas: si bien sabemos que el Estado mantiene el uso legítimo de la acción violenta en el mantenimiento del control social, mediante este importantísimo trabajo iremos descubriendo el uso de esta violencia en la imposición de medidas económicas impopulares que son los postulados básicos del capitalismo, es decir, la violencia como instrumento que permite la instauración del capitalismo a nivel global: la violencia de lo político en función de lo económico.
Para la escritora y activista canadiense Naomi Klein autora del libro que sustenta el trabajo documental la historia del capitalismo se ha escrito con letras de Shock, con letras empapadas en sangre y violencia. El documental hace un recorrido de la evolución del capitalismo a través de ejemplos históricos, partiendo de la dictadura chilena y argentina y pasando por los gobiernos de Tatcher y Reagan; realizando un análisis incluso de los golpes con los que cayeron las repúblicas soviéticas hasta llegar a las actuales guerras de Estados Unidos en Medio Oriente en la llamada “cruzada contra el terror” logrando así una reflexión aguda de la evolución del capitalismo y la instauración del libre mercado en su intento por alcanzar un estado mundial donde las libertades de mercado tengan margen de maniobra total y ningún obstáculo se interponga en su camino. En el documental se pretende dar respuesta a la pregunta: ¿Cuál es la relación que se guarda entre el libre mercado, la libertad y la democracia? Y la respuesta nos interpela a la reflexión al mostrarse menos satisfactoria de lo que quisiéramos: una sociedad en la que reina la violencia de manera estructural, inseparable del modelo civilizatorio; el lado maquillado del desarrollo, y la incompatibilidad irreconciliable entre el libre mercado y la democracia.
Milton Friedman gran gurú del movimiento en favor del capitalismo de libre mercado, fue el responsable, de crear una hoja de ruta de la economía global, contemporánea, e hipermóvil en la que vivimos. En uno de sus ensayos más influyentes, Friedman articuló el núcleo de la panacea táctica del capitalismo contemporáneo, lo que aquí se denomina doctrina del shock. Observó que <<sólo un crisis-real o percibida da lugar a un cambio verdadero, cuando esa crisis tiene lugar las acciones que se llevan a acabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente, los discípulos de Friedman almacenan ideas para implementarlas cuando lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable.
De Chile a Irak, la tortura ha sido el socio silencioso de la cruzada por la libertad de mercado global, Pero la tortura es más que una herramienta empleada para imponer reglas no deseadas a una población rebelde. También es una metáfora subyacente en la doctrina del shock.
La tortura o por utilizar el lenguaje de la CIA, los <<interrogatorios coercitivos>> es un conjunto de técnicas diseñadas para colocar al prisionero en un estado de profunda desorientación, y shock, con el fin de obligarle hacer concesiones contra su voluntad. La lógica que anima el método, se describe en dos manuales de la CIA que fueron desclasificados a finales de los años 90. En ellos se explica que la forma adecuada, para quebrar << las fuentes que se resisten a cooperar>> consiste en crear una ruptura violenta entre los prisioneros y su capacidad para explicarse y entender el mundo que los rodea, primero se priva de cualquier alimentación de los sentidos (con capuchas, tapones para los oídos, cadenas y aislamiento total), luego el cuerpo es bombardeado con estimulación arrolladora (luces estroboscópicas, música a toda potencia, palizas y descargas eléctricas). En esta etapa se prepara el terreno y el objetivo es provocar una especie de huracán mental: los prisioneros caen en un estado de regresión y de terror en el que no pueden pensar racionalmente, ni proteger sus intereses. En este estado la mayoría de los prisioneros entregan a sus interrogadores todo lo que desean: información, confesiones de culpabilidad, la renuncia a sus anteriores creencias.
La doctrina del shock reproduce este proceso paso a paso en su intento de lograr a escala masiva lo que la tortura obtiene de un individuo en la sala de interrogatorios. Así funciona la doctrina del shock: el desastre original –llámese, golpe, ataque terrorista, colapso de mercado, guerra, tsunami, o huracán- lleva a la población de un país un estado de shock colectivo. Las bombas, los estallidos de terror, los vientos ululantes, preparan el terreno para quebrar la voluntad de las sociedades, tanto como la música a toda potencia, y las lluvias de golpes someten a los prisioneros en su celda: las sociedades en estado de shock a menudo renuncias a valores que de otro modo defendería con entereza permitiendo sin rechistar la entrada del libre mercado más fundamentalista, privatización de los servicios, recortes en el gasto social, y una liberalización y desregulación generales, en suma, achicamiento del Estado en la redistribución del ingreso en contraposición con su papel cada vez más creciente y eficaz en defender la ley el orden, garantizar los contratos privados y crear el marco para mercados competitivos así como la relación de libertad absoluta de capitales y libre mercado.
Este ataque organizado contra las instituciones, y bienes públicos, siempre después de un acontecimiento de carácter catastrófico, declarándolos al mismo tiempo atractivas oportunidades de mercado, recibe, el nombre de <<capitalismo del desastre>>.
Un estado de shock no es solo lo que sucede cuando algo malo nos pasa, es lo que nos pasa cuando perdemos nuestra narrativa, cuando perdemos nuestra historia cuando nos desorientamos, lo que nos mantiene orientados, alertas y sin shock es nuestra propia historia (Naomi Klein).
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Corto de la D. del Shock de Allfoso Cuaron
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