Disturbios de las aves enjauladas
“Para construir un mundo mejor, necesariamente hay que
replantear
el asunto de la
alimentación y quitar la carné del menú (…)
el planeta clama por paz y es necesario practicar actos de
paz
tres veces por día en
el comer”
Marly Winckler
(Coordinadora de la Unión Internacional Vegetariana en
América Latina)
Ser vegetariano incluso
para mí es un asunto filosófico, es un asunto de vida.
La gente aprende a tener más generosidad, en todos los
sentidos.
Uno debe escoger más: se escoge lo que se come, lo que se
compra (…).
Flavia Lippi, Periodista
Autores: Luis F. Gálvez y Azucena S. Granados
El siguiente texto pretende
resanar cierto malentendido en relación a un tipo de vegetarianismo que en estas líneas defenderemos y explicaremos. Es bien sabido la connotación neutra de esta
práctica alimenticia, los argumentos que
enarbolan esta concepción oscila entre considerarla una práctica caprichosa ejercida por personas acomodadas economicamente exageradamente preocupadas por una alimentación inocua, ligera, y sana, hasta
considerarlo como una práctica hippie de vínculos espirituales, pasando por preceptos
religiosos de pureza e integridad, existe de igual manera, una visión del
vegetarianismo que ve en los adeptos a hipersensibles sujetos desbordados
emocionalmente por los derechos de los animales y despreocupados por cualquier
otra injusticia y abuso de poder. Si bien es cierto que existen estos tipos de vegetarianismo, también existe
otro y es el que aquí nosotros reivindicaremos, al cual nos hemos aventurado a denominar "vegetarianismo activo" en contraposición con "el vegetarianismo pasivo",
caracterizado este último, por su falta de postura política y nula evocación
transformadora de la realidad. No es nuestra intención criticar el vegetarianismo
pasivo o cualquier tipo de vegetarianismo realizado por
mera salud personal o cualquier otro motivo, ya que aunque no se tenga
conciencia política sobre su valor como
herramienta de transformación social cumple sin saberlo con esta actitud y para efectos prácticos es mil
veces mejor que nada, lejano a esto, lo que intentaremos hacer es una documento
que explique los preceptos que agrupa nuestra práctica del vegetarianismo, que a su vez podrían
servir como una especie de documento de principios e introducción para los
interesados en el vegetarianismo.
Ante una triple
crisis: ecológica, económica y sociopolítica de envergadura global es necesario que los movimientos sociales de
transformación articulen nuevas respuestas y caminos de acción. El vegetarianismo activo, además
de aprovechar los innegables efectos saludables de una alimentación vegetariana
o vegana (libre de todo derivado animal) ejerce otras prácticas de
participación y se yergue como una
herramienta política de trasformación de alta validez. Desde este punto de
vista consideramos su importancia para superar un capitalismo injusto,
depredador, cruel y destructivo. Fundamentalmente el vegetarianismo activo además de ser una práctica saludable
en la alimentación pone en cuestión varios elementos que sustentan nuestro
modelo de crecimiento capitalista (en creciente
descrédito por sus resultados nefastos) además de figurar como un verdadero camino para reducir
significativamente la contaminación, la violencia, la devastación ambiental, y
el egoísmo generacional. Plantearemos a continuación las ramificaciones e
intereses de éste.
El vegetarianismo activo
y el poder
El vegetarianismo activo se hermana con ciertos preceptos
anarquistas de veta anti-autoritaria. Tiene especial
reconocimiento su lucha en contra del
poder ya que
se opone a las formas de poder y
explotación injustificables ejercidas por los seres humanos contra otras
especies animales.
En sentido estricto el poder que ejerce el ser humano contra
los animales no humanos (ya que los humanos también somos animales) se ve
reflejado en diferente actitudes y acciones de nuestra vida social, siendo la
alimentación la más obvia y rutinaria,
la alimentación a base de de animales ha sido tan arraigada en
nuestras costumbres y tradiciones que nos parece imposible ver un acto de poder
en esta práctica, por el contrario, generalmente es concebido por la mayoría de
la gente como un acto inocente,
necesario, y vital, el cual no debe o no debería replantearse ni ser objeto de
meditación. Pero ¿por qué no someter
este acto aparentemente inocente a revisión?, ¿por qué no ponerlo bajo la lupa?, ¿por qué no incluirlo en las agendas de los movimientos sociales más
progresistas? Si los activistas de estos movimientos sociales han sido capaces
de ver autoritarismo, represión, injusticias, desigualdad, brutalidad,
desprecio, en las relaciones que infunde el capitalismo neoliberal ¿por qué
muchos de ellos no han tenido la sensatez de ver el ejercicio de poder que los
humanos han tenido con los animales a lo largo de la historia y que
tristemente lo seguimos realizando sin reparo alguno? tal vez la gente sensata
responderá que los animales no merecen
reconocimiento ni inclusión en las esferas del derecho y la justicia que
utilizamos para los seres humanos y para la mayoría de la gente será
una respuesta definitoria y aceptable, pero si preguntáramos en ¿qué basan su
respuesta?, ¿cuál es la línea de
exclusión? es posible que su
aparentemente solida respuesta empieza a tambalearse como un puente al cual lo han enclavado estructuralmente en el lodo. “Dios los hizo para nosotros”, “es
la cadena alimenticia” “lo necesitamos
para vivir” son respuestas que con el minino conocimiento de ciencia podrían
ser desmentidas de manera absoluta y sin
embargo una de las más utilizadas para evitar el embarazoso cuestionamiento sobre nuestras costumbres.
"Mi hermana y yo afuera del matadero"
La alimentación a base de carne, es un acto de poder, que
para nuestros días rebasa toda racionalidad y factibilidad económica y
ambiental, al comer una animal no sólo estamos ejerciendo un poder brutal para
el animal que nos llevamos a la boca, pues, la crianza intensiva de animales se realiza
en fábricas horrendas, donde los
animales han sido despojados de toda consideración y rebajados del estatus de
sujetos(seres sensibles) a la de objetos que producen ganancias, donde
siguiendo la lógica del beneficio, entre menos consideración y más rápido se crié a un animal más dinero supondrá. Lo anterior, ha llevado a diversas empresas a
consolidar un poder inconmensurable, pero también supone un despilfarro
gigantesco de recursos naturales y uno
de los mayores causante del calentamiento global -ya trataremos esto en la
sección de ecología- a lo cual tenemos que añadir, que tampoco es un negocio
rentable, claro si consideramos los costes sociales, ambientales, y del
sufrimiento ejercido a los animales.
Existe un interesante documental llamado Erthlings(Terrícolas) dirigido por Shaun Monson en el 2005, donde se podrá atestiguar la crueldad y brutalidad que en las granjas factorías se ejerce contra los animales utilizados para el consumo humano, para realizar este documental se necesitaron 5 años de documentación e investigación y su argumento se basa en la tesis de que la especie es una característica arbitraria igual que el sexo o la raza y es por eso que debemos rechazar la discriminación y explotación hacia los animales no-humanos (esto se denomina especismo y es el equivalente de racismo o sexismo )“El racista viola el principio de igualdad, al dar mayor peso a los intereses de los miembros de su propia raza, cuando hay un conflicto entre sus intereses y los de otra raza. El sexista viola el principio de igualdad, al favorecer los intereses de su propio sexo. Igualmente, el especista permite que los miembros de su misma especie, sobrepasen los intereses de los miembros de otras especies. En cada caso el patrón es el mismo. Racismo, sexismo, especismo”.
En este documental advertiremos también, otras 4 formas en las que explotamos a los animales no humanos. A continuación las explicaremos brevemente:
Existe un interesante documental llamado Erthlings(Terrícolas) dirigido por Shaun Monson en el 2005, donde se podrá atestiguar la crueldad y brutalidad que en las granjas factorías se ejerce contra los animales utilizados para el consumo humano, para realizar este documental se necesitaron 5 años de documentación e investigación y su argumento se basa en la tesis de que la especie es una característica arbitraria igual que el sexo o la raza y es por eso que debemos rechazar la discriminación y explotación hacia los animales no-humanos (esto se denomina especismo y es el equivalente de racismo o sexismo )“El racista viola el principio de igualdad, al dar mayor peso a los intereses de los miembros de su propia raza, cuando hay un conflicto entre sus intereses y los de otra raza. El sexista viola el principio de igualdad, al favorecer los intereses de su propio sexo. Igualmente, el especista permite que los miembros de su misma especie, sobrepasen los intereses de los miembros de otras especies. En cada caso el patrón es el mismo. Racismo, sexismo, especismo”.
En este documental advertiremos también, otras 4 formas en las que explotamos a los animales no humanos. A continuación las explicaremos brevemente:
- Mascotas: con datos duros e imágenes de lo que sucede en EU nos explican el proceso previo a comprar los cachorros en tiendas de mascotas, las condiciones de los criaderos: sobrepoblación, insalubridad y sin socialización. Y cómo después son abandonados en las calles o asesinados en los antirrábicos (cerca de 60 mil al día), con inyección que es la forma menos dolorosa, pero también electrocutados o en cámaras de gas donde tardan cerca de 20 minutos en morir cuando sería más sencillo y “humano” la esterilización.
- Vestimenta:¿Qué pasó para poder vestir un atuendo de piel? Seguro la mayoría ignora como los zorros son empalados por el ano y reciben descargas eléctricas para que su piel sea utilizada en abrigos.
- Entretenimiento: nos muestra cómo en rodeos, corridas de toros, zoológicos y en el circo los animales son explotados y maltratados sólo para nuestra diversión.
- Ciencia: Nos muestra lo irracional de la experimentación en animales vivos, inyección de sustancias tóxicas, descargas eléctricas, operaciones sin anestesia, dichas pruebas las más de las veces son inútiles y tienen que ser repetidas en humanos porque las características biológicas de los animales difieren en cuanto a su respuesta a la de los seres humanos.
El especismo es el nombre que se le da a la actitud
desfavorable que los seres humanos tienen contra otras especies, un prejuicio
histórico que se construyó a partir
de dos pilares ideológicos: la religión cristiana y la filosofía o cierta
filosofía occidental que ponía al ser humano como cúspide del universo y que
con el desarrollo de la ciencia y la técnica consolidó su poder. Ya el filósofo moralista Peter Singer en 1975 en su obra intitulada: >>Liberación Animal<< fundamentó las bases para comprender el sustento
de "la igualdad animal", aduciendo la capacidad de sufrimiento de los
animales como elemento insoslayable a la hora de tratarlos: “el principio
básico de igualdad no requiere un tratamiento igual, o idéntico, requiere una
consideración igual. Igual consideración para seres diferentes puede conducir a
diferentes tratamientos y derechos diferentes”. Peter Singer al escribir este libro sobre la cuestión de la ética en el trato a los animales, intenta expandir la esfera moral hacia otros
seres vivos más allá del ser humano, y es la deconstrucción del poder
culturalmente establecido la herramienta básica con la cual destruir
enquistadas nociones de una supuesta y
engañosa superioridad humana en relación
a los demás animales.
El movimiento por la liberación animal, al cual se le
responsabiliza de innumerables rescates de animales, de granjas, centros de
investigación y zoológicos así como boicots a industrias peleteras y de
experimentación animal o vivisección es
una cara del vegetarianismo activo, el cual considera a los animales como seres independientes y
sensibles, y actúa en consecuencias cuando sus intereses se vean afectados o su
vida esté en riesgo, este movimiento cuenta con muchos seguidores
principalmente en Inglaterra y Estados
Unidos. Sin embargo, actualmente brotan
células de activistas por todo el mundo incluyendo un gran numero en países de
América Latina, obviamente el alcance de sus acciones es insignificante para reducir
sensiblemente la matanza de cientos de millones de animales sacrificados
anualmente, sin embargo, sus acciones son altamente importantes para
sacar a la luz la opresión y
explotación de la que son víctimas
inmensidad de animales. Estos grupos en forma clandestina revelan vídeos y
documentos, en donde se hace patente la indiscriminada brutalidad y ejercicio
de poder que practica la sociedad humana contra ellos, si no fuera por ellos
muchas de las atrocidades no serían conocidas, ¡he ahí el verdadero valor de
estos grupos de activistas!. Aunado a ciertas batallas ganadas en cuanto a
cierre de granjas factorías, de industrias peleteras y laboratorios donde se
experimenta con animales, su papel en la difusión e información de lo que pasa en estas granjas
y demás espacios de explotación, configuran la importancia de su labor. La idea
básica de estos grupos es: "Los animales son seres que sienten, que sufren, que
existen por sus razón, no como instrumentos para fines humanos, por lo tanto,
hay que dejarlos en paz, liberarlos y respetarlos poniendo fin a la opresión y
explotación donde quiera que ocurra", ya que el respeto de la vida no sólo se
restringe arbitrariamente a los miembros
de nuestra especie, dicho principio moral básico de igualdad se expande hacia
otras especies animales también.
El filosofo francés Michael Foucault(1926-1984) quien realizó una arqueología del poder, nos lanza una cuerda para asirnos y desde ahí pensar el poder a través de una
dimensión diferente a la común, con la cual, abrimos una ventana para asomarnos
al ejercicio de poder que practica el ser humano contra las animales.
Es de pensamiento
común concebir el poder como una
institución legal o ilegalmente establecida que posee los medios para ejercer
su voluntad ya sea por la fuerza o mediante un mecanismo legítimamente
consensado (el Estado, la policía, una
banda de delincuentes, etc.) y que en
todos los casos es un poder externo, visible, material, sin embargo, Foucault
advierte una especie de trasmutación de poder hacia los individuos comunes y
corrientes. El poder comienza a
infiltrarse en sus relaciones, en sus gestos, en sus posturas y actitudes, el
poder crea una red por entre los individuos y dentro de los individuos, siendo estos últimos, victimas que han sido
moldeados por las estrategias represivas, autoritarias y moralizadoras, se vuelven a la vez,
depositarios y ejecutores del poder mismo. Esta es una estrategia del poder
para su vigoroso funcionamiento. Lo que
Foucault llama la microfísica del poder no es más que: el poder que ha mordido
a los individuos, y como metáfora zombi,
los ha convertido en autómatas con la misma sed sangrienta de contagiar a
cualquier incauto que pase por delante. El
poder en el cuerpo, el poder en las relaciones, el poder en el lenguaje, y en
las actitudes, es una enfermedad virulenta adquirida por contagio. Esa mascara
de poder no es sólo ejercida hacía otros individuos de la sociedad humana, sino
también con los animales no-humanos, y
es aquí donde se ejerce con más brutalidad, el ser humano en su afán incansable
de dominar la tierra y con ello a las especies que viven dentro de ella ha
volcado todo su poder en contra de las mismas, no sólo exterminándolos por las
vías de la extinción, también mediante la exclusión de la esfera de respeto y
entendimiento, lo cual ha llevado al
trato actual para con toda especie diferente a la humana. El poder se ha
enraizado tanto en la organización humana que es difícil concebir unas
civilización sin la mediación necesaria de éste. Esta necesidad de dominio se
ha volcado contra los animales de manera indiscriminada y arbitraria.
Auschwitz comienza cada vez que alguien mira un matadero y piensa que son sólo animales
Decíamos que el ser humano ha sido revestido de poder, que
en sus gestos, en sus actitudes, en sus acciones, en su lenguaje, hay un
residuo de autoritarismo, de venganza,
de dominación, de violencia, y que esta actitud es practicada con más violencia
para el reino animal. Quisiéramos dejar claro pues que si una sociedad es regulada, contenida, controlada
por medio de estrategias de poder que en la mayoría de los casos es violenta,
pues no tendrá otra referencia de
convivencia para con cualquier otra especie diferente a la suya más que
la violencia y el sometimiento( vasta ver la violencia en las granjas
factorías, las prácticas taurinas, la alimentación diaria, la vestimenta de piel, el maltrato a los animales domésticos, los perros de la
calle, los animales en los zoológicos etc.). Si alguien piensa por el contrario
que nuestra sociedad no es violenta y su organización no se nutre del ejercicio
de poder, no habría más que pedirle que explique las causas más profundas de
más de 50mil muertos por la guerra contra la delincuencia organizada, o las
cientos de víctimas muertas por feminicidios, o la violencia creciente entre
los niños en el fenómeno denominado bullying, o la extendida
violencia intrafamiliar, o la intolerancia en la sociedad que parece padecer
una especie de alergia social (peleas de automovilistas, indiferencia y desdén
de los usuarios de trasportes públicos,
golpizas en los estadios, en las fiestas, en las universidades, en los barrios
etc.) Sin contar la obvia violencia policial, el abuso
de poder de los políticos, la arrogancia y desprecio de las clases acomodadas
con las clases subalternas etc.
Es justo esto último
donde la aportación del vegetarianismo activo tiene más relevancia. Dentro de
esta práctica política intentamos desprendernos, desenredarnos de las
ramificaciones de poder que se han enraizado en nuestro cuerpo y que como rémoras sociales
se han pegado en nuestros actos diarios. El vegetariano activo, desprecia el
poder en los humanos y para con los animales-no humanos, la práctica de la
generosidad, para con las especias que han sufrido de la explotación y sufrimiento
trae consigo un ensanchamiento de la esfera de generosidad para con todo ser
vivo, el reconocimiento de la alteridad no solo lo expresamos en términos de
sociedades y diferencias culturales, sino también entre especies. El
vegetarianismo activo piensa que el respeto es fundamental para una sociedad
sana y organizativamente justa, por lo tanto si pregonamos respeto debemos de
dar respeto sin más. No solo con generosidad puede cambiar una sociedad, sin
embargo el auténtico reconocimiento del otro nos puede conducir a una
organización social donde las leyes sean más justas, los derechos respetados,
los deberes y obligaciones cumplidos con ética y verdadera responsabilidad.
Pero como conciliar el respeto hacia personas que violan los
más básicos principios de igualdad, ¿usted respetaría a un nazi o una misógino
golpeador de mujeres?, personas que sin razón alguna echan mano de su poder y diferencian,
discrimina y violentan a otras personas por sus simple género, raza, cultura, color de piel, este tema es un
apremiante en el vegetarianismo activo. Las personas que no comparten esta
práctica recurrentemente se quejan de que los vegetarianos son cerrados,
excluyentes, asociales que no lo respetan, pero, cierta actitud de desconfianza
nace del hecho de que para el vegetariano no es fácil convivir con alguien que
viola los principios de igualdad, como para usted no es agradable convivir con
una racista, o ver como golpean a un mujer o con alguien que explota indígenas
u obreros o con un homofóbico para el vegetariano activo no es un tema de
gustos, es una actitud ética irreemplazable. No podemos negociar con el
sufrimiento, la explotación y el poder, no se puede tolerar una opción
discriminatoria, ¡¡he ahí la prevención del vegetariano activo!!
La alimentación a base de carne, no solo es un evento
alimenticio o una necesidad nutritiva inocente que se realiza a través de mediaciones culturales(la gastronomía
tradicional, los lugares establecidos para comer, etc.), como comúnmente se
cree, representa,
también, una práctica política que se ve reflejada; en la reducción del otro como cosa, en la
minimización de la alteridad, en el no
reconocimiento de las diferencias, en donde
no se validan, tampoco, ni sus derechos, ni sus necesidades. La persona
cuando ingiere un bocado de carne, no solo, está satisfaciendo su paladar, está
consagrando la institución de poder ejercida sobre todo el reino animal,
esta afirmando la fuerza e indiferencia
para los animales que la tradición del cristianismo disemino a través del tiempo en nuestra
cultura, está solidificando la institución de poder sobre la que se sojuzga a
los animales-no humanos y sobre la cual se levanta el ser humano como máxima autoridad
del universo.
A raíz de los estudios de la Etología, la cual
analiza el comportamiento de los animales en libertad o en condiciones de
laboratorio, nadie podrá negar que
los cerdos o las vacas tienen sistemas nerviosos centrales
similares a los nuestros y que su capacidad de sentir dolor y miedo es en
ciertos casos igual o superior a la nuestra,
a su vez, las investigaciones tan interesantes sobre la vida salvaje nos
muestran la capacidad de sociabilidad, el cariño, la dedicación y la
inteligencia de ciertas manadas de animales silvestres, pero, entonces ¿por qué nadie repara en el
abuso, crueldad, y explotación hacia los animales? ¿qué barrera infranqueable
no nos permite extender nuestra compasión, nuestra generosidad, nuestro respeto
hacia esos seres tan desafortunados?, ¿por
qué no pensar en la desmesura del otro(animal), el exceso y complejidad de su
existencia? y en cambio reducirlos a
objetos sin más, objetos para nuestras necesidades, si la evidencia demuestra
que sufren, que sienten, que gozan, que no necesitan de nosotros, que tienen necesidades (diferentes) ¿por qué hemos
sometido a esas criaturas a tan eterna y brutal esclavitud?. No existe ninguna certeza de que los animales
sean inferiores a nosotros, algunos poseen sobrada inteligencia en relación con
sus medios en los que se desarrollan, otros poseen sentidos infinitamente
superiores a los nuestros, olfatos desarrollados, capacidad de volar,
ojos penetrantes y poderosos, extremidades ágiles y veloces, memoria,
comportamiento sociales, etc. Sin embargo, hemos, más que solidificado
nuestro dominio y explotación sobre ellos basando nuestra diferenciación y
superioridad en conceptos tan débiles y arbitrarios derivados de ideas como “la
creación los hizo para nosotros”, “es la sobrevivencia del más fuerte”, “si
ellos pudieran nos comería y nos explotarían” “dios los creo para servirnos”, este tipo de
criterios de diferenciación es posible reconocerlos en los fundamentos
del racismo y del sexismo, el simple
color de piel o el origen de una persona lo hace inferior y no merecedor del
reconocimiento de su alteridad y libertad, o en el caso del sexismo el simple
género los excluye de derechos sobradamente merecidos, pues lo mismo pasa con
el especismo, la simple condición de animal, de pertenecer a otra especie, los
ha destinado, tristemente, a la categoría de servidumbre y objetos privados de
toda consideración.
El hombre moderno perseguido por los fantasmas de su carne
Pero la reducción del
otro como objeto tiene su contraparte, se ha originado, también, como efecto de
un exceso de atención del yo, de una dedicación exagerada al culto del yo, de
una construcción del sujeto social amalgamada en al fabrica del egoísmo, de la
ceguera, de la indiferencia. En donde el otro (animales,) se ve reducida al
estatus de instrumento para el beneficio propio, en el mejor de los casos, o
como algo sin importancia que no merece atención, tiempo, ni dedicación. Lo otro
no genera en mi la necesidad de compartir, de escuchar, de hablar, de entender
ni de respetar, de integrarlo dentro de
mi universo social, si no que esta fuera
de toda consideración moral. Toda la atención y dedicación se enfoca en las necesidades y aspiraciones del "yo", de manera egoísta el hombre de nuestra época no ve más allá de sus
narices, ni tiene la más mínima preocupación sobre lo que le rodea, ensimismado
dentro de una cápsula ficticia blindada para cualquier sentimiento de
culpa y responsabilidad sobre lo que ocurre fuera de su reducido mundo autista
transcurren sus días. Una de las
preocupaciones del vegetariano activo es cómo salir de esa esfera de
individualismo y egoísmo, como ensanchar sus intereses y preocupaciones de manera ética para con los
miembros de la sociedad humana y para los animales no-humanos, resolver esa separación
aparentemente irreconciliable es tarea
diaria y constante de nuestra práctica y activísimo.
Cabría preguntarse aquí, nuevamente, ¿por qué las personas comprometidas en movimientos sociales, que luchan
en contra del poder, en sus diferentes expresiones: racismo, sexismo,
injusticias, contaminación ambiental, etc. no logran tomar en cuenta este tipo
de explotación, esta injusticia diaria cometida en contra de los animales?, ¿por
qué no lo toman en serio?, y dedican un poco de su tiempo a analizar esta
situación, ¿porqué si su compromiso es tan coherente y penetrante no ensanchan
su mirada y su preocupación hacia otras especies? Nosotros creemos que es
tiempo que los movimientos sociales de toda índole integren en su agenda algo
tan serio y preocupante como la explotación animal y el deterioro ambiental
producto de la industria de la carne, ¿acaso será imposible? ¿acaso el paladar de estos activistas, no
tiene por qué sufrir ninguna restricción de libertad? ¿acaso hay cosas más apremiantes?. en el siguiente apartado advertiremos una verdad oculta, y es que la reducción en la cría de animales significaría, más alimento para las personas, mas recursos para las ciudades, mas futuro para las generaciones venideras,
El vegetarianismo activo y la ecología
Etapa Final
El consumo de carne es hoy el mayor problema ambiental y
social del planeta, aunque nosotros todavía no tengamos conciencia de ello es importante resaltar que es
el problema número uno en cuanto a deterioro y despilfarro de recursos
naturales. En el 2006 un reporte de la Organización de las Naciones Unidas muestra que la industria de la carne contamina más que
todos los autos, aviones y barcos del mundo juntos. El criar animales para el consumo humano
consume tantos recursos que el vegetarianismo activo es una de las mayores
contribuciones para salvar el planeta. Diversos
especialistas en la materia han enfatizado que “si queremos resolver el problema de la capa
de ozono, de hambre, de la distribución y concentración del ingreso tenemos que
trabajar en el consumo de carne, por absurdo que esto parezca”. Pues bien, no
se trata de ningún absurdo, ni catastrofismo manipulador, es una realidad que
desborda cualquier intento de bienestar ambiental, y de sostenibilidad en el crecimiento que
impulsa el capitalismo neoliberal.
Uno de los principales contribuyentes al cambio climático es
la cría de animales para consumo humano.
Extensas plantaciones de monocultivo están arrasando a ritmo vertiginoso los
bosques y selvas de América Latina, el producto de estas plantaciones es
destinado principalmente para la alimentación del ganado, ya la organización no
gubernamental GRAIN nos ha advertido que “ Todos estos cultivos, y toda esta
expansión de monocultivos, son causas directas de deforestación, desalojo de
las comunidades locales de sus tierras, contaminación del agua y el aire,
erosión del suelo, y destrucción de la diversidad biológica”, en el estudio
titulado “Paremos la Fiebre de los agro combustibles” esta ONG coloca en su justa dimensión la contribución
de la agricultura industrial de monocultivo o extensiva que en la mayoría de
los casos es destinada para la alimentación de animales, en su papel sobre el
cambio climático. Meditemos el siguiente ejemplo: En un país como Brasil (…) resulta que el
80% de los gases de efecto invernadero no provienen de los automóviles si no de la deforestación,
en parte ocasionada por la expansión de las plantaciones de soja y caña de azúcar. Si
tenemos en cuenta que el trasporte mundial es responsable del 14% de las
emisiones de efecto invernadero, pero la agricultura per se es responsable del
mismo porcentaje de emisiones de gases con efecto invernadero, a la cual
agregándole las emisiones producidas por el cambio de uso del suelo, el
transporte y la fabricación de insumos, advertiremos que la agricultura es responsables de un 41% en el
cambio climático. Esta advertencia se ajusta a la agricultura industrial,
extensiva de monocultivo y destructora, exactamente la que se emplea para
alimentar el ganado y los animales para consumo humano. Sin embargo, una
agricultura campesina, diversificada, sustentable resulta claramente
beneficiosa para el medio ambiente la sociedad y los animales en general.
La cría de animales para comida despilfarra agua, todo aquel
que se auto-nombre ecologista o que piense que posee conciencia ambiental y coma
carne, encontrara una incoherencia tan profunda en sus actos tal como aquel que
lucha por la paz pregonando la guerra.
Esta chifladura anda así: 455 gr. de carne requieren casi 10,000 litros de agua,
cuatro litros de leche de vaca casi 3 mil litros de agua. Es inconcebible la
magnitud de desperdicio de agua que la cría de ganado requiere para su
funcionamiento, pero por qué sigue funcionando si es tan ineficaz, la respuesta
a esta pregunta nos la da el experto en asuntos de índole animal Peter Singer,
toda esta locura funciona porque en la carne no va incluido los costos
ambientales ni sociales de su producción, si fuera lo contrario sería casi
inoperable el negocio. También es factible por los subsidios, exenciones
fiscales y créditos destinados al sector, a lo que hay que añadirle el gran
poderío histórico de los ganaderos y sus vínculos políticos que permiten que
funcione y sea abrumadoramente rentable. Si tu decidieras llevar una vida
vegetariana o vegana ahorrarías 4 millones 927 mil litros de agua cada
año, para tener una idea de la cantidad
de agua que salvarías, podrías dejar abierta la l regadera las 24 horas del día
durante los 354 días del año y aún así ahorrarías más agua que aquel que se
alimenta a base de carne. Cuando te alimentas a base de carne consumes 4,800m2 de
árboles anualmente, esto se da por
motivo del terreno destruido para sembrar
granos y demás forraje alimenticio.
Los miles de millones de animales criados para alimento no solo consumen la mayoría de nuestra agua y alimentos sino que excretan la
mayoría de los desechos, tan solo en los Estados Unidos estos animales excretan
130 veces que toda la población humana, 39,130gr por segundo de excremento, estos derrames concentrados contaminan el agua
destruyen la capa verde del suelo y contaminan los mantos freáticos.
Los océanos se están
muriendo por la pesca industrial, se están creando zonas muertas a raíz de la
inescrupulosa rapiña de los barcos pesqueros y de la industria de mariscos.
Brota por todos
lados, como de una tubería rota el agua pútrida, ejemplos de la catástrofe que
ocasiona la cría intensiva de animales para el consumo humano: excrementos
altamente contaminantes, desperdicio excesivo de agua pura, desertificación en
bosques y selvas, y hambrunas provocadas por la sinrazón de destinar alimento,
primero al ganado que a los seres humanos
son algunas de las consecuencias más sobresalientes de esta práctica,
que empeñan el futuro de nuestro planeta y confiscan el bienestar de las
generaciones venideras. A este respecto
el vegetarianismo activo, no solo no contribuye al no servirse de estos productos cárnicos, si no
que a la vez sugiere una alternativa. El vegetarianismo activo al percatarse
del desbarajuste ecológico en el que se encuentra liado el planeta opta por una
modelo de vida frugal con lo cual comparte gran simpatía teórica y práctica con
el movimiento ecológico-social del decrecimiento, al considerar que “no se
puede consumir de manera infinita en un planeta finito” opta por la simplicidad
voluntaria en el consumo y en la producción,
lo cual quiere decir vivir más con menos, buscar la felicidad en otros
motivos que no sean el consumo desmedido y el trabajo esclavizante, busca
consumir productos ecológicamente sustentables y socialmente justos donde la
responsabilidad guié las decisiones, así como un alternativa verdadera al
modelo de producción que no intente pintar de verde el capitalismo, si no que
por el contrario, cambie la lógica del capitalismo, deconstruya las verdades
inamovibles sobre las que hemos construido nuestra sociedad, como la necesidad
de crecimiento económico( que provoca pobreza, contaminación, vidas vacías,
destrucción de la naturaleza etc.) la
desdicha del trabajo alienante rutinario, por uno que ocupe memos horas y
destine la totalidad del tiempo a empresas más constructivas y creativas, así
como a la reparación y fortalecimiento de los lazos sociales tan desgarrados en
nuestro tiempo, habrá también que revalorar ciertos conceptos como naturaleza, trabajo, animales,
vida, felicidad, como parte de las nuevas prácticas que exige esta época.
El vegetarianismo activo apuesta , junto con el
decrecimiento, por las virtudes de lo pequeño, somos conscientes de que el
desorden ecológico y social, en parte es ocasionado por las abrumadoras
cantidades de personas que se agrupan desordenadamente en la ciudades u “ordenadamente”, su consumo y sus necesidades,
así como su derroche y ambiciones, imposibilitadas de ante mano para organizarse,
para decidir colectivamente, para llevar una
vida sustentable y responsable, estas agrupaciones son antes que nada
masas informes que sociedades con intereses comunes, es por eso que se recogen
demandas del decrecimiento como la convivencia en grupos pequeños, reducir el
tamaño de las ciudades y la preponderancia de lo local sobre lo global, es
decir reducir las distancias entre trasportes, personas, mercancías y
actividades comerciales. Trabajo arduo y
utópico, pero inevitable para los próximos años si es que se quiere conservar
el planeta para las nuevas generaciones.
Hemos traspasado el límite de carga del planeta sin reparo
alguno, y seguimos rebasándolo, desde que el Club de Roma en el 72 advirtió
sobre los límites del crecimiento económico han pasado 4 décadas y se ha avanzad casi
nada, más bien, nada. En el marco del protocolo de Kioto y otras supuestas
soluciones hemos tenido la reacción
cínica comparable a la de aquel sujeto que ve que su casa está inundada por un chorro
constante de agua que brota de su ducha y en vez de cerrar el grifo para
acabar con el problema opta por poner varias toallas por toda la casa, conteniendo momentáneamente los desfiguros,
pero sin lugar a dudas perpetuando infinitamente el problema. A pesar de las recurrentes llamadas de atención
y datos críticos sobre el calentamiento global, deterioro ambiental, y la hecatombe ecología seguimos metiendo la
cabeza dentro de la tierra. “Algunos
datos sobre la huella ecológica resultan muy ilustrativos: desde el año 1990
estamos viviendo por encima de la capacidad de carga del planeta. En el año
2003, debido al crecimiento económico, se superó la capacidad de regeneración
del planeta en un 25%, Los países del Norte están derrochando los recursos que
la naturaleza conservó durante millones de años, haciendo disminuir cada vez
más la biodiversidad e impidiendo el acceso igualitario de la población a estos
bienes. La crisis ecológica se hace patente en el agotamiento de los recursos
naturales (materias primas y combustibles fósiles), en la destrucción y
fragmentación de los ecosistemas y en el desbordamiento en cuanto a niveles de
contaminación de los sumideros; al ritmo de consumo actual nos queda petróleo
para 40 años, uranio para 70… y los efectos globales de la contaminación cada
vez son más alarmantes: cambio climático, etc.”
Si bien, el
vegetarianismo activo no es por mucho la solución integral al deterioro
ambiental, si contribuye en apalear y virar en el camino, pues resulta que una
gran contribución de este deterioro proviene de los desechos y requerimientos
para la crianza, distribución y reproducción de estos animales, además que como
sujetos consientes el vegetarianismo activo prefiere vivir una vida sobria,
frugal simple, dichosa, apegada a la naturaleza y respetuoso de sus ciclos y
sus habitantes terráqueos. (continuara...)
* Todas las imágenes de este artículo son de Sue Coe, para más información da click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario